
La noche se cernía dura sobre las cabezas de los que se encontraban en la puerta. La música de Los Paletas llegaba a su fin y se aprontaba la murga porteña. En ese momento eterno, que es aquel que se encuentra entre la llegada al tablado y el momento de salir a cantar, los nervios hacían mella en nuestros cuerpos ante la inesperada demora de uno de los nuestros. Los muchachos/as de Le Puse Cuca (cuando saquen un disco le tienen que poner “El hijo”) cantaban y el reloj no paraba su infatigable derrotero.
Por suerte, sobre la hora y cuando los muchachos entonaban las últimas estrofas de su despedida se completó el plantel y pudimos salir a la cancha.
Un Centeya extractado de Montevideo (solo faltaban los choris) pudo seguir de fiesta y finalmente tuvo con las chicas de Se Armó la Gorda y Fulana de Tal fueron el broche de oro para una noche hermosa.
No sabemos si va a estar bueno Buenos Aires, pero va a estar bueno que este tipo de encuentros se repitan.Gracias a todos los que lo organizaron, no solo por el empeño y el afecto que le pusieron a esto, si no por la seriedad que aportaron.
Por suerte, sobre la hora y cuando los muchachos entonaban las últimas estrofas de su despedida se completó el plantel y pudimos salir a la cancha.
Un Centeya extractado de Montevideo (solo faltaban los choris) pudo seguir de fiesta y finalmente tuvo con las chicas de Se Armó la Gorda y Fulana de Tal fueron el broche de oro para una noche hermosa.
No sabemos si va a estar bueno Buenos Aires, pero va a estar bueno que este tipo de encuentros se repitan.Gracias a todos los que lo organizaron, no solo por el empeño y el afecto que le pusieron a esto, si no por la seriedad que aportaron.

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