martes, 13 de abril de 2010

No te cases ni te embarques

Mañana lluviosa sobre la gris urbe porteña. Pocas personas supersticiosas se animan a viajar al otro lado del charco o a casarse. No por el temor al compromiso, si no a la maldición de algún trasnochado antepasado pueda caernos encima.
El compromiso lo genera el amor en este caso. Sí. Ya han pasado unos cuantos meses desde que el joven (bueno, no tanto) se declaró a su colombina jurándole amor más allá de febrero y le propuso matrimonio. El resultado: casamiento en puerta.
Así es. El viernes se casa "el Paleta" con Silvina y el sábado festichola (si lo permite el tiempo claro). El téstigo obligado de la fiesta bacanal será también el de este matrimonio sellado a marcha camión.
Bienaventurados sean los esponsales y ya les traeremos nuevas buenas de los mismos.
La seguimos en breve!