miércoles, 12 de agosto de 2009

Soy el hijo de los vientos...

Pequeños plumíferos se pasean por la ciudad. Muchas veces ni los miramos, pero a veces nos damos ese tiempo. Ese mismo tiempo tendríamos que darnos para mirarnos a cada uno de nosotros. Al igual, al semejante y al no tanto. Vale la pena vernos a los ojos.



Espero que les haya gustado. Saludos y nos seguimos leyendo!!

1 comentario:

Caballito Regalado dijo...

¡Qué bueno sería redescubrir a cada momento las cosas como lo hacen los niños!